Por Juan Negrón Ocasio

El tiempo amenazó con turbulentas lluvias y un cielo nublado y se presentía el intento de la madre naturaleza que en cualquier momento enviaría precipitaciones. La humedad logró pulimentar los rostros y las ansias de la muchedumbre y el aire seco se apoderó del ambiente. Sin embargo, resultó ser un día espectacular, como siempre, todo gesto humanitario bondadoso y con buenas intenciones es recompensado por algo mayor que las decisiones humanas. Fue un día de mucho colorido cultural y de expresión genuina de la diáspora puertorriqueña en la Ciudad de Newark, Nueva Jersey. Después de haberse ahuyentado el temor del aguacero el pasado domingo, 18 de septiembre cerca del mediodía el gentío de congregó en la Avenida Puerto Rico (Broadway) para presenciar su principal celebración cívica del año.
Habría que destacar, sobretodo, que los dirigentes del Desfile Puertorriqueño de Newark, New Jersey tomaron la iniciativa de dedicarle el evento a Oscar López Rivera (Prisionero Político Puertorriqueño). Fue un gesto humanitario nunca antes visto y los organizadores merecen el reconocimiento y felicitaciones por esta gesta patriótica. Los pronósticos de la participación de la población sobrepasó las expectativas y podría evaluarse el esplendor del evento en diversas perspectivas. Indudablemente, los desfiles en ocasiones son controlados por una maquinaria política que siempre lo ha ajustado a su conveniencia y utilizado como trampolín para alcanzar sus votos. Este año el recorrido de numerosas carrozas, personajes típicos, música y algún otro devenir de Puerto Rico comenzó en la 2da Avenida desplegándose por Broadway y finalizando en la Avenida Verona hacia el norte de la ciudad donde se manifestó la música, comida y los discursos lo cual es parte de la idiosincrasia boricua en estos eventos.

Inclusive, el Congresista Gutiérrez, se ha reunido con el Presidente Barack Obama y le ha planteado esta injusticia política. Es una ironía que el Presidente Obama ha liberado más de 600 presos de cárceles estadounidenses acusados por infracciones de distribución, venta o uso de drogas. Por el lado contrario, Oscar López Rivera es un Veterano de la Guerra de Vietnam galardonado con la Medalla de Bronce por el Ejército de EEUU; es poeta, escritor y pintor destacado con inigualables habilidades. Además, fue un activista dentro de la Comunidad Hispana de Chicago por la cual luchó para alcanzar derechos civiles. Parece ser que el Presidente Obama se ha olvidado que él también tuvo que enfrentarse a las injusticias de EEUU cuando fue activista en Chicago o lo que él llama “organizador de la comunidad”.

Posiblemente esta demostración humanitaria en dedicarle el Desfile Puertorriqueño de Newark, Nueva Jersey a Oscar López Rivera sea el inicio del desprendimiento de las ataduras de divisiones dentro de la comunidad puertorriqueña. La fortaleza de todo grupo está en su capacidad de disipar diferencias y poder entender que siempre hay espacio para discrepar y debatir, pero no para desligarnos de nuestras responsabilidades civiles. Tanto los puertorriqueños, como todos aquellos que deseen envolverse, deben comprender que la liberación de Oscar López Rivera es una lucha cívica, cultural y política, y más que nada humanitaria.