¡La anexión salió trasquilada!
A pesar de campañas financiadas con dinero extranjero, la estadidad pierde terreno. El PNP llega a su punto más bajo de la década.
San Juan, Puerto Rico, 4 de noviembre de 2020- El apoyo a la estadidad ha llegado a su nivel más bajo en esta década. Los datos son claros e irrefutables: De un 61.16% que obtuvo en el 2012 y un alegado 97% en 2017, ahora se reduce a 50.5%cuando se consideran las papeletas echadas en blanco. Esto, a pesar de contar a su favor con una ley de “plebiscito” claramente diseñada para favorecer el voto por la anexión y de lanzar, además, una campaña de miedo financiada con millones de dólares de dudosa procedencia. El liderato del Partido Nuevo Progresista (PNP) escogió el terreno de juego e impuso las reglas para torcer los resultados y NO lo logró.
Los puertorriqueños y puertorriqueñas hemos hecho una nueva expresión de reafirmación nacional, de orgullo de nuestra identidad cultural, caribeña y latinoamericana. Queremos ser un pueblo con proyección en el mundo y NO diluido y disperso en un país cuyo sistema de gobierno NO respeta a las minorías, a los pueblos originarios, a los negros, a los latinos, a los puertorriqueños y a tantos otros más.
La reducción de apoyo a la anexión y las casi 40 mil papeletas echadas en blanco, son un rechazo también, al chanchullo y a la pretensión de imponer la corrupción en la solución responsable del estatus colonial de nuestra Patria. Mediante el voto por el NO nuestra gente se ha expresado y ha dicho, basta ya de consultas y plebiscitos que nada han resuelto.
En este plebiscito la estadidad ha salido trasquilada lo que hace ineludible la convocatoria a una Asamblea Constitucional de Estatus. La realidad no se puede esconder. En el plebiscito del 2012 el actual estatus territorial fue rechazado por el 54% de los y ahora la estadidad obtiene una cantidad de votos menor a las pasadas consultas. Ni el ELA (la colonia), ni la anexión son opciones viables, nunca lo fueron, pero ahora han recibido el rechazo del pueblo puertorriqueño. Las únicas opciones posibles y dignas son las que se sostengan en la soberanía de los puertorriqueños. Esa es la ruta viable, que no debe postergarse más.
